Los milagros de san Vicente Ferrer






 

San Vicente Ferrer fue un fraile predicador y teólogo valenciano que vivió entre los siglos XIV (1350) y XV (1419) vivió 69 años.  Autor de varias obras teológicas y de lógica, entre las que destacan: El tratado del cisma de occidente y el tratado de la espiritualidad.

Logró que se terminara el Cisma de Occidente (1378-1417), fue un gran pacificador, participó en el Compromiso de Caspe (1412), en donde se resolvió el conflicto de la sucesión en el reino de Aragón. Su palabra y ejemplo tenían una gran fuerza, predicaba por largas horas ante miles de personas en las afueras de los pueblos.

San Pablo Apóstol decía: " Yo ya no vivo en mi sino Cristo es el que vive" (Galatas, 2:20). Los místicos dominicos, insistieron en la importancia de lograr la unión con Dios, a lo que Eckhart, Taulero y Susón, llamaron la deificación o divinización. Dejar que Dios naciera en nuestra alma. Cuando se logra esa deificación, Dios puede operar en la criatura, cosas increíbles que se llaman milagros. El Evangelio dice; "Todo es posible para quien cree" y señala que Cristo ha venido a enseñar y quien lo siga podrá replicar lo que ha hecho. En este sentido, que tan profunda fue la unión de Dios con san Vicente Ferrer que le dio varios dones como el de lengua, profecías y el de hacer milagros. El santo del que se han contabilizado más milagros en vida, alrededor de unos tres mil y de infinidad desde que está con Dios en forma permanente.

 Se le atribuyen numerosos milagros que le valieron el apodo de "Ángel del Apocalipsis". Conocer estos milagros nos ayuda a recuperar la iconografía de san Vicente en pinturas, esculturas y retablos, que versan sobre su vida. 

En este artículo, vamos a repasar algunos de los milagros más famosos de san Vicente Ferrer, que muestran su poder y su santidad.

- Su futura misión; Cuando san Vicente estaba en el vientre de su madre doña Constanza Miguel escuchaba un ladrido de un mastín y su padre don Guillermo Ferrer había soñado con un perro que incendiaba el mundo. Algo semejante había sucedido con santo Domingo de Guzmán. El obispo de Valencia y otros religiosos, concluyeron que Vicente sería un gran predicador que conjuntaría a la solidez de su doctrina, la santidad de su vida.

- Enviado a predicar. Era el maestro de Sacro Palacio, estaba en Aviñón, cuando se enfermó gravemente. Entonces se le apareció Cristo resplandeciente junto con santo Domingo de Guzmán y san Francisco de Asís. Cristo lo curó y lo mandó a predicar el Evangelio por Europa. "Vicente levántate y anda: ve a predicar mi Evangelio". Predicó de pueblo en pueblo por 22 años. 

- Las conversiones a grandes multitudes. El mayor milagro que lograba eran la conversión de los pecadores. Su voz era potente, de ricos matices, con la que lograba convencer, deleitar y conmover a su audiencia.  No sólo convirtió a los cristianos tibios, sino a judíos y musulmanes.

- El don de lenguas; san Vicente Ferrer predicó por buena parte de Europa Meridional, siempre en su lengua materna el valenciano. Sin embargo, en cualquier parte que predicara le entendían perfectamente como si les hablara en su idioma.

-El Ángel del Apocalipsis. En un sermón en Salamanca em narzo de 1412 comentó que él era el Ángel del Apocalipsis, debido a su identificación con el libro de la Biblia del mismo nombre, Ap. 14, 6-7. Un ángel vuela con una trompeta por todas la naciones instando a la gente a convertirse y a glorificar a Dios: "Temed a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y los manantiales de agua". 


- El milagro de la lluvia. En una ocasión, san Vicente Ferrer estaba predicando en Salamanca, cuando una gran sequía azotaba la región. Los campesinos le pidieron que intercediera por ellos ante Dios para que enviara la lluvia. El santo les dijo que hicieran penitencia y confiaran en la misericordia divina. Luego, levantó los ojos al cielo y dijo: "Señor, si es tu voluntad, haz llover". Al instante, se oyó un trueno y empezó a caer una lluvia abundante y refrescante.

- La profecía de los barcos, en una ocasión se encontraba predicando en Barcelona, que pasaba por una gran carestía de alimentos. Profetizó que en dos días llegarían barcos al puerto con alimentos. Muchos se burlaron, pero otros se quedaron sorprendidos al ver que si se cumplieron las palabras del dominico.  Predijo muchos eventos, entre ellos, la caída de Constantinopla en 1453.

-El milagro del albañil, Vicente hacía tantos milagros, que su  superior le prohibió hacer más milagros. En una ocasión, iba caminando por la calle, cuando vio que un albañil caía de una construcción, entonces, le ordenó que se quedara suspendido, mientras iba a pedir permiso a su superior. Llegó ante la autoridad y le dijo: Vicente ya hiciste el milagro, ve y termínalo. Entonces regresó y el albañil quedo sano y salvo. Por eso san Vicente Ferrer es el patrono de los constructores. En la capilla hay una pintura que ilustra este milagro.


- El milagro de su hermana. Su hermana no quería tener hijo, porque temía los dolores del parto. Vicente le dijo que se animara, que él sufriría de esos dolores. Cuando su hermana quedó embarazada, tuvo nueve meses muy tranquilo y dio a luz sin dolor. En cambio san Vicente padeció todos esos dolores. Por eso san Vicente Ferrer es invocado por las mujeres embarazadas.

-Curación de la peste, curó a muchas personas que sufrían de esta enfermedad epidémica.

- Milagro de la fuente. San Vicente Ferrer hizo brotar una fuente en Lliria, España, que todavía hoy fluye, se dice que el agua tiene propiedades medicinales y que nunca se agota.

El milagro de la mula. Según la tradición, san Vicente Ferrer estaba predicando en la plaza de Vannes, en Francia, cuando un judío incrédulo le interrumpió y le desafió a demostrar la presencia real de Cristo en la Eucaristía. El santo aceptó el reto y le pidió que trajera una mula. Luego, colocó una hostia consagrada en un lado y un montón de heno en el otro, y le dijo al animal que eligiera. La mula, ignorando el heno, se arrodilló ante la hostia y la adoró, dejando al judío boquiabierto y convertido.

- El milagro del niño resucitado. Otra vez, san Vicente Ferrer estaba predicando en Valencia, cuando una mujer desconsolada le interrumpió y le suplicó que rezara por su hijo, que acababa de morir. El santo se acercó al cadáver del niño y le dijo: "En el nombre de Jesucristo, levántate". El niño abrió los ojos y se levantó, sano y salvo, ante el asombro de la multitud.

- Resucitó a un hombre. Un hombre había fallecido, sin los auxilios espirituales. San Vicente lo resucitó para que pudiera confesar sus pecados y así se pudiera ir en paz.

Estos son solo algunos de los milagros más famosos, incluyendo la curación de enfermos y la resurrección de los muertos atribuidos san Vicente Ferrer, que dan testimonio de su santidad y de su cercanía con Dios. San Vicente Ferrer es el patrón de los constructores, de los albañiles y de los plomeros. Su fiesta se celebra el 5 de abril.

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