La imprenta en México y los dominicos


 
La imprenta ha sido uno de los inventos más importantes a lo largo de la historia, ya que ha permitido aumentar la producción de libros, que son el soporte de la memoria humana y medios de difusión del conocimiento por excelencia. Los grandes avances científicos, tecnológicos, literarios han quedado plasmados en libros,
Antes de la imprenta, los libros eran muy caros, se hacían en pieles de animales, llamados pergaminos y había amanuenses que escribían cada hoja  a mano. En esa época,  los códices, la caligrafía, la iconografía y la paleografía jugaron un papel muy importante en la cultura.

En 1436 en Estrasburgo, cerca del río Rin, se inventó la imprenta por el alemán Juan Gutenberg. En el año de 1455 salió a la luz su Biblia de 42 líneas. 

Poner un taller de imprenta era muy costoso por las herramientas y operarios, entre los cuales se encontraban: fundidores, cajistas, correctores, tiradores y batidores. Al principio uno de los retos era encontrar a personas que dominaran latín y griego para la composición y revisión del libro.

La imprenta ha tenido una arista educativo-cultural y otra como un negocio. La imprenta se fue expandiendo poco a poco primero en Alemania, luego en  Flandes, Francia, Italia, la península Ibérica y sus posesiones en América. Los judíos sefardíes fueron de los principales empresarios en el mundo de los libros.


Los autores, impresores, editores y libreros tenían que generar una sinergia para poder subsistir. Otra forma de ver esa sinergia es la relación entre imprenta, librerías y bibliotecas. En muchas ocasiones se requirieron de mecenas como gobernantes para poder sacar un libro. 

El que obtenía mayores beneficios económicos generalmente era el librero, que por sus conocimientos sobre la demanda, en muchas ocasiones también era el editor.

Las bibliotecas se convirtieron en las grandes memorias de la humanidad, había eclesiásticas, gubernamentales, universitarias y  privadas.

Desde el punto de vista geográfico, las imprentas se ubicaron en ciudades que contaban con importantes recursos económicos,  donde había judíos; en lugares donde tenían universidades y en puntos estratégicos bien comunicados como puertos para poder expandir las áreas de mercado.

En Alemania hubo imprentas en Maguncia, Bamberg, Estrasburgo, Colonia y Basilea. En Italia en Venecia, Florencia, Nápoles y Roma. En la región de Flandes en Ámsterdam. Ciudades donde la principal actividad estaba relacionada con su universidad: Lovaina, Bolonia, Heidelberg, Padua, Coimbra, Salamanca y Alcalá.

Originalmente la imprenta publicó libros clásicos y religiosos. La imprenta también contribuyó al desarrollo de las lenguas vernáculas como el castellano. La Biblia fue impresa en los siguientes idiomas:
Alemán, 1466.
Italiano, 1471.
Neerlandés, 1477.
Castellano, 1485.
Francés, 1487.
Inglés, 1526.

La imprenta estuvo vinculada con el Renacimiento, la reforma protestante, los descubrimientos geográficos y la evangelización de América. Gestándose una civilización del libro. 

En Portugal el primer libro impreso fue el Pentateuco en 1487. En 1495 se publicaría la Vida de Cristo de Ludo el Cartujano.
La imprenta llegaría a Leíra, 1492;  Lisboa en 1493, Braga, 1494; Évora, 1506 y Coimbra, 1518.

Mientras que el primer libro impreso en España sería entre 1473 en Valencia o Barcelona.

En la península ibérica el auge de la imprenta estuvo relacionada con los gobiernos de Joao II en Portugal (1521 - 1557) y Carlos V (1516 -1556) en España.

La llegada de la imprenta tuvo la siguiente secuencia en España:
Sevilla, 1472.
Barcelona, 1473.
Valencia, 1473.
Guadalajara, 1476.
Salamanca, 1480.
Toledo,  1480.
Gerona, 1483.
Murcia, 1484.
León, 1526.

En Sevilla destacó Jacobo Cromberger, como el principal impresor, había nacido alrededor de 1472, perteneciente a la comunidad judía. Su hijo Juan Cromberger, nació en 1500. Los Cromberger tuvieron negocios en América como minas en Pachuca y Sultepec e invirtieron en la expedición de Caboto a las Filipinas. Fray Juan de Zumárraga conocía a los Cromberger y empezaron a generar relaciones de negocios.

De 1453 a 1536 se publicaron en Europa unas 42, 000 obras y de 1536 a 1636 unas 600,000.

En el marco del primer auge de la producción en torno a 1530, fue que llegó la imprenta a América, siendo la ciudad de México, la primera en todo el continente en contar con una.

Joaquín García Icazbalceta comenta que la ciudad de México fue la primera del Nuevo Mundo en echar andar la imprenta, traída a fines de 1535 por el virrey Antonio de Mendoza. El primer libro que se imprimió fue La Santa Escala de san Juan Clímaco: "Y que el primer libro en 1536 fue la Escala Espiritual de san Juan Clímaco, traducido del latín al castellano por fray Juan de la Magdalena, religioso dominico" (Icazbalceta, 1994: 27). Es importante poner en contexto esta valiosa cita. La primera obra que se imprimió en América, estaba orientada a la formación de los religiosos dominicos, en especial los novicios, para que siguieran las virtudes. Hay que recordar que fray Domingo de Betanzos fundador de la Provincia de Santiago de México, quería una provincia reformada y que era seguidor del hesicasmo o doctrina de los Padres del Desierto y de la mística dominica.

Precisamente en su provincialato fray Domingo de Betanzos, le dejó como tarea principal durante su noviciado a fray Juan de la Magdalena que hiciera la traducción del libro. Esta labor compleja por la temática  y extensión del libro la efectuó fray Juan de la Magdalena en Tepetlaoxtoc, donde llevo a cabo su noviciado, como lo señalan los cronistas dominicos. Al final regresó a la ciudad de México y puso en consideración de los dominicos más grandes su labor para alcanzar el nihil obstat, el nada obsta.

Una vez alcanzado la autorización, se llevó  la traducción al taller de la primera imprenta que se ubica a un costado del palacio virreinal hoy palacio nacional. Toribio Medina plantea que hay una polémica, sobre el nombre del primer impresor, algunos se inclinan por Juan Pablos y otros por Esteban Martín.

Esteban Martín o Ettiene Martin,  llegaría en 1535; mientras que Juan Pablos estaría en la ciudad de México hasta 1539. Por lo que por fechas, Esteban Martín sería el primer impresor y la primera obra sería La Santa Escala. Mientras que Juan Pablos, publicaría en 1539, La  Doctrina Cristiana en lengua mexicana de fray Pedro de Gante.

Juan Pablos o Giovanni Paoli, lombardo de Brescia, era un operario italiano que trabajaba en la imprenta de Sevilla propiedad de Jacobo Cromberger.  El 12 de junio de 1539 celebró un contrato con Juan Cromberger para establecer la imprenta en la ciudad de México.


Los libros fueron agentes de la conquista espiritual, pero también fueron parte de una empresa: "El negocio del alma fue también el alma del negocio" (Lafaye, 2004, 94).

Fray Juan de Zumárraga primer obispo de la diócesis de México y fray Domingo de Betanzos fueron muy amigos, ambos de tendencia reformada, por lo que es lógico que se dieran cuenta de la importancia de traer la imprenta al nuevo continente para lograr la formación de los religiosos y la evangelización de los indígenas. El gran genio de fray Juan de la Magdalena permitió poner en lengua castellana, la obra cumbre del hesicasmo.

La Santa Escala  quedaría lista en 1536 o a más tardar en el año siguiente. Así que los dominicos tienen el honor de haber echado a andar la imprenta, no sólo en México, sino en toda América. A su vez Tepetlaoxtoc quedo como la cuna de la traducción en América.

Así que al cumplir cien años de la invención de la imprenta, se echó a andar en México y en todo América. Para darse cuenta de esto vease la siguiente lista, de publicación del primer libro:

México, 1536-7.

Perú, 1584. Contaba también con la Universidad Pontificia de Lima.

Manila, 1593. La imprenta llegó vía Macao.

Nueva Inglaterra (Estados Unidos), 1639.

Brasil, 1808.


A lo largo del siglo XVI, los dominicos utilizarían en muchas ocasiones la  imprenta para publicar doctrinas, catecismos, confesionarios, gramáticas y diccionarios en lenguas indígenas.  

Destaca la publicación de la Doctrina de fray Pedro de Córdoba, con  publicaciones en 1544, 1548 y 1550. Esta doctrina se volvió la oficial en la Nueva España y a partir de su segunda edición contó con su versión en náhuatl, efectuada por fray Domingo de la Anunciación. La obra original era un conjunto de sermones que había dictado fray Pedro de Córdoba en las Antillas. Cuando vino a la Nueva España, fray Domingo de Betanzos  trajo los sermones  y junto con otros dominicos y fray Juan de Zumárraga, le dieron forma de libro.

En 1559 se aprobó en Tepetlaoxtoc, la publicación la Suma Moral de fray Bartolomé de Ledesma.

La doctrina breve y compendiosa a manera de diálogo de fray Domingo de la Anunciación del año de 1565.

Los libros impresos iban a formar parte de las bibliotecas que tenían las órdenes religiosas como las ubicadas en el convento dominico de Santo Domingo de la ciudad de México, que también contaba con un Estudio General y en el colegio franciscano  de Santiago Tlatelolco.

Jacobo Cromberger y Juan Pablos murieron en 1560, se terminaba una época. La hija de Juan Pablos se había casado con un impresor, conocido como Pedro Ocharte o Pierre Charte, quien continuaría con la labor de imprimir libros en la ciudad de México.

Conclusiones

La imprenta fue una importante innovación, para calibrarla, hay que comparar con los efectos que ahora está generando Internet en la producción y distribución de conocimiento. El que la ciudad de México contara con una imprenta desde 1535 y que al año siguiente se publicara el primer libro, la colocan como uno de los puntos de avanzada cultural en el mundo. 

Mientras que Tepetlaoxtoc jugó un papel importante en la traducción de ese primer libro, por lo que puede considerarse como la cuna de la traducción en América.

 Los dominicos siguiendo su tradición relacionada con el estudio y su vinculación con los libros, las bibliotecas y las universidades, se dieron cuenta de lo necesario que era contar con la imprenta en América para formar a los religiosos y evangelizar a la población indígena.

  En ese sentido  se debe retomar estos pasajes para impulsar la cultura y el conocimiento en nuestro país, una alternativa es fomentar la economía del conocimiento y la economía creativa.

Bibliografía

Dávila Padilla, Agustín (1955), Historia de la Provincia de Santiago de México,  México, Editorial Academia Literaria.

Icazbalceta, J. (1994), Opúsculos y biografías, UNAM. 

Lafaye, Jacques, (2004), Albores de la imprenta. El libro en España y Portugal y sus posesiones de ultramar (Siglo XVI y XVII), México, FCE.

 ¡Atención!

Te puede interesar Mapa Interactivo de México.

 


 

Omar Tinajero Morales es licenciado en etnohistoria por la ENAH; Maestro en Estudios Regionales por el Instituto Mora y estudió el doctorado en Geografía por la UNAM. Está certificado en Marketing Digital por Google; en Comercio Electrónico por EOI  y diplomado en Integridad Web y en Gestión de Ambientes Virtuales de Aprendizaje por la Fundación Carlos Slim.



Director del Centro de Estudios del Acolhuacan Santo Domingo Porta Coeli Tepetlaoxtoc (CEASDP) y de la librería digital Fray Juan de la Magdalena. Consultor y asesor en Marketing de Contenido aplicado al Turismo y al desarrollo Pyme. 

Puedes contactar con él y seguirlo en las siguientes plataformas  digitales, haz clic en los iconos:

 @Histormex


 Twitter




Facebook


WhatsApp 55 13 56 83 72


Sitio Web

Comentarios

Entradas populares de este blog

Historia de los transportes en México

La danza de los serranos de Tepetlaoxtoc

Hacia un Convenio de Colaboración Turístico